¿Cómo saber si eres un buen inversor?
Alguna vez te has preguntado si ser un inversor como Soros, Buffett o Simmons puede ser una cualidad innata, como ser un buen tenista.
La industria financiera no quiere que sepas esto, pero es real: si no tienes esa cualidad innata, podrás invertir, podrás ganar dinero trabajando tu mentalidad, pero nunca jugarás las ATP Finals.
Lo siento, asúmelo.
Pero tampoco te tires por la ventana. No hace falta ganarse la vida jugando al tenis profesional. Se puede ser un buen inversor sin ser una estrella.
La pregunta es...
¿Qué es ser un buen inversor?
Es tan sencillo que da miedo: un buen inversor es aquel que gana dinero invirtiendo.
Tan fácil, tan sencillo, pero a la vez tan complejo. Cuanto más dinero ganes, mejor inversor serás. Cuantos más partidos ganes, mejor tenista serás. No hay más.
Y aquí viene lo importante: ¿qué define a los mejores inversores de la historia que podamos intentar copiar?
Las 3M: Mind, Method, Money Management
En inglés: Mind, Method y Money Management.
En español: Mentalidad, Método y Gestión del Riesgo.
¿Cuál crees que es la más difícil de estas tres?
La gente que nunca ha puesto su dinero en riesgo te dirá que el método. Pero nada más lejos de la realidad.
La mente es la que marca la diferencia entre un inversor estrella, un buen inversor y un perdedor.
En el mundo inmobiliario hay tres palabras mágicas que aseguran el éxito: localización, localización, localización.
En el mundo de la inversión también hay tres palabras mágicas: disciplina, disciplina, disciplina.
Parece sencillo, pero no lo es.
¿Cuál es la diferencia entre el número 1 y el número 100 de la ATP en una pista de entrenamiento?
Mínima.
¿Cuál es la diferencia entre el número 1 y el número 100 de la ATP en una final de Grand Slam?
Máxima.
La cabeza. La confianza en uno mismo. La confianza en tu método. Saber que si lo repites hasta el infinito te hará ganar, aunque por el camino sufras pérdidas.
No lo olvides: hasta los mejores pierden dinero. Si quieres evitar perder dinero, tienes que evitar invertir.
El problema real: capacidad vs. tolerancia
Volvamos a las 3M.
La más fácil de implementar, aunque no te lo creas, es el Método. No para hacerte millonario, sino para ser un buen inversor a largo plazo.
Sabemos qué activos dan rentabilidad a largo plazo. Solo tienes que comprarlos, combinarlos, ir aportando y ser paciente para que tu cuenta vaya creciendo.
Fácil, ¿no?
No.
Porque los demonios te susurrarán al oído durante el camino. Cuando de repente en un mes se volatilice lo que llevabas ganado durante tres años, eso es duro. A prueba del número 1 de la ATP.
Aquí es donde entra el Money Management, la gestión del riesgo. La tercera M, pero no por ello la menos importante.
El Money Management es la clave para que alcances la meta sin saltar del coche en marcha.
Un dato: según Morningstar, el inversor medio de fondos de renta variable obtiene rentabilidades entre 2 y 3 puntos porcentuales inferiores al propio fondo en el que invierte.
¿Por qué?
Porque compra cuando sube y vende cuando baja. Porque su mente le traiciona. Porque su método y su psicología no están alineados.
El Money Management alinea Mente y Método para que duermas tranquilo, para que seas capaz de sentarte en tu inversión y obtener sus frutos.
Los mejores inversores son los que tienen alineada su capacidad (lo que objetivamente puedes permitirte) con su tolerancia (lo que psicológicamente puedes soportar).
Si tienes mucha separación entre capacidad y tolerancia, no vas a ser un buen inversor.
Pero hay solución: tienes que trabajarlo.
Dos escenarios peligrosos
Escenario 1: Alta capacidad, baja tolerancia
Tienes una capacidad alta pero una tolerancia baja.
De nada te sirve la primera porque a la mínima vas a salir corriendo, no vas a soportar la volatilidad.
Por eso los test de riesgo tradicionales están mal hechos desde mi punto de vista. Hay que coger siempre la menor puntuación entre capacidad y tolerancia.
Ese será tu perfil de riesgo real, el que te hará ser buen inversor.
Si este es tu caso, tienes que mejorar tu mentalidad. Mejorar tu confianza. Entender cómo funcionan los mercados. Saber por qué a largo plazo son alcistas.
Saber que estás invirtiendo en activos escasos, eternos, que te van a proteger de la inflación, que van a evitar que te empobrezcas por culpa de la pérdida de poder adquisitivo provocada por la impresión masiva de dinero fiat por parte de los estados.
Escenario 2: Baja capacidad, alta tolerancia
El contrario es peor: tienes poca capacidad pero alta tolerancia.
Aquí te puedes volver un pistolero, un jugador de casino, un perdedor auténtico. No hay nada peor que perder lo que no puedes permitirte perder.
En este caso, tienes que mejorar tu capacidad: disminuir deudas, disminuir gastos, aumentar ingresos.
No es fácil, pero es la única vía para tener un futuro financiero tranquilo. El dinero no da la felicidad, pero su falta te trae problemas que sí te la quitan.
El problema con los test de riesgo tradicionales
Aquí viene el drama: el 90% de los test de perfil de riesgo que te hacen en bancos y gestoras están mal diseñados.
Y lo están a propósito.
¿Por qué? Porque mezclan capacidad y tolerancia en una única puntuación. Te hacen preguntas del tipo "¿Cuántos años tienes?" (capacidad) y "¿Cómo reaccionarías si tu cartera cae un 20%?" (tolerancia), y luego suman todo en un batiburrillo que no refleja la realidad.
Resultado: te dicen que eres un perfil "agresivo" porque eres joven y tienes ingresos altos, aunque psicológicamente no puedas dormir si ves tu cuenta en rojo.
O al revés: te meten en un perfil "conservador" porque tienes 55 años, aunque tengas un patrimonio de 2 millones y puedas permitirte perfectamente la volatilidad.
¿Y qué pasa?
Que acabas con una cartera que no puedes ejecutar. Que vendes en las caídas. Que pierdes dinero. Que confirmas la estadística de Morningstar: el inversor medio obtiene entre 2 y 3 puntos porcentuales menos que el fondo en el que invierte.
El Test de Perfil de Riesgo del Proyecto K
Por eso hemos creado el Test de Perfil de Riesgo del Proyecto K.
La diferencia fundamental:
Separamos capacidad de tolerancia. Y luego cogemos la puntuación MÁS BAJA de las dos.
Esto es crítico.
Si tienes una capacidad de 8/10 pero una tolerancia de 4/10, tu perfil real es 4/10. Punto. No hay término medio. No hay "compensar".
Porque de nada te sirve poder permitirte un 100% renta variable si no vas a poder mantenerlo cuando caiga un 30%.
Es más conservador, sí. Pero es realista. Y en inversión, lo realista gana a lo teórico cada vez.
El test tiene dos partes:
1. Capacidad de riesgo: Evalúa objetivamente tu situación financiera (edad, ingresos, patrimonio, horizonte temporal, deudas)
2. Tolerancia al riesgo: Evalúa tu psicología real ante pérdidas temporales
Al final del test obtienes dos puntuaciones.
Tu perfil de riesgo es el menor de los dos.
Ahí está tu verdad.
🎯 Haz el test (y descubre tu perfil real)
Hazlo con honestidad brutal. No respondas lo que te gustaría ser, responde lo que eres ahora mismo.
Porque la inversión no es aspiracional, es práctica.
→ HAZ EL TEST DE PERFIL DE RIESGO DEL PROYECTO K
Y si al hacerlo descubres un desequilibrio importante (capacidad alta pero tolerancia baja), no te frustres. Significa que tienes trabajo que hacer en tu mentalidad.
Es el escenario más común y el más solucionable.
En el Taller de Inversión Indexada dedicamos una sesión completa a esto: a construir carteras que respeten tu perfil REAL de riesgo, no el que te gustaría tener. Y trabajamos en cómo ir cerrando ese gap entre capacidad y tolerancia a través de educación, no de autoengaño.
Porque de nada sirve un método perfecto si no puedes ejecutarlo cuando llega la tormenta.
El domingo arrancamos
El domingo arrancamos el viaje de las 52 semanas.
He estado dándole vueltas al formato. Tengo dos hijas, de 15 y 13 años, y lo que me gustaría es dejarles una guía que pueda convertirse en un libro.
Para que entiendan que el dinero es como el oxígeno: cuando falta, es lo único en lo que piensas. Cuando está bien gestionado, te olvidas de él y puedes dedicarte a lo que realmente importa.
Y eso se traduce en saber invertir bien: construir un sistema automático que funcione solo, sin que tengas que estar mirando pantallas ni preocupándote.
El domingo hablaremos del dinero. Porque antes de empezar a invertir tienes que ser consciente de qué es el dinero, para qué sirve y para qué no.
Parece fácil, pero a mí me costó años descubrirlo. Y aún diría que, a día de hoy, a veces dudo. Dudar es humano. Si no dudas, probablemente seas un robot. Y los robots no necesitan dinero.
Pablo
Cualquier duda, sugerencia o feedback puedes escribirme a: [email protected]
P.D. ¿Ya hiciste el test? → Descubre tu perfil de riesgo real aquí
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